Aliento racional que para los estoicos ordena el universo

El estoicismo fue fundado por

El antiguo concepto griego de alma difiere en muchos aspectos de la idea moderna (post-cartesiana) de mente. Los pensadores contemporáneos tienden a contrastar fuertemente la mente y el cuerpo. Cuando pensamos en la mente, pensamos principalmente en las facultades cognitivas y quizás en nuestro sentido de la identidad. El concepto griego de alma es mucho más amplio y está más relacionado con las funciones corporales básicas. El alma es, ante todo, el principio de la vida; es lo que anima al cuerpo. Aunque el alma explica nuestra capacidad de pensar, percibir, imaginar y razonar, también es responsable de procesos biológicos como la respiración, la digestión, la procreación, el crecimiento y el movimiento. Quizá lo más cercano a un concepto cartesiano del alma en el pensamiento griego antiguo sea Platón, los pitagóricos y sus sucesores. La psicología estoica representa el otro extremo del espectro: un modelo corpóreo o fisicalista del alma.

Dado que no hay un tema claro en el estoicismo que se corresponda con la filosofía contemporánea de la mente, hay que recoger pruebas de varios departamentos del sistema filosófico estoico. Los estoicos dividieron la filosofía en tres “partes” generales: Física, Lógica y Ética. Las enseñanzas relativas al alma se encuentran en las tres partes. En la física, los estoicos analizaron la sustancia del alma, su relación con Dios y el cosmos, y su papel en el funcionamiento del cuerpo humano. En la lógica, los estoicos desarrollaron una teoría del significado y de la verdad, ambas dependientes de una teoría de la percepción, el pensamiento y otros conceptos psicológicos. Aquí los estoicos desarrollaron una sofisticada teoría del contenido mental y la intencionalidad y lucharon con las ramificaciones ontológicas de dicha teoría. Por último, en el ámbito de la ética, los estoicos desarrollaron una compleja teoría de la emoción y una psicología de la acción que, en última instancia, tuvo un gran impacto en su filosofía moral. El desarrollo de las facultades cognitivas se consideraba inseparable de la ética. En resumen, la psicología estoica era fundamental para el estoicismo en su conjunto.

Física estoica

El estudio que hemos emprendido intentará en primer lugar establecer una relación entre el estoicismo y el ecologismo. Las dos doctrinas parecen tener casi el mismo lenguaje en cuanto a la relación que el hombre debe mantener con la naturaleza. Luego presentaremos los principios estoicos que tienen valor ecológico. Se trata de la unidad y el orden de la naturaleza que hay que respetar, la simpatía universal que expresa el vínculo entre los elementos de la naturaleza y la familiaridad que el hombre desarrolla hacia ella. Por último, destacaremos las evidencias del pensamiento estoico en relación con los problemas medioambientales. Sobre todo, se tratará de demostrar que una vida virtuosa tiene un impacto positivo en la naturaleza.

A pesar de la gran distancia que separa a los estoicos y a los ecologistas en términos de tiempo, es curioso descubrir que mantienen casi el mismo discurso sobre la naturaleza, invitando a mantener una relación de armonía y equilibrio entre los hombres y el cosmos.

A través de su ideal de “vivir en armonía con la naturaleza”, el Pórtico aparece como una filosofía que invita a los hombres a tomar en serio su relación con el mundo. Exige la armonía entre los hombres, que deben estar en perfecta armonía con la naturaleza. La naturaleza tiene leyes que el hombre debe observar para conocer la felicidad. De ahí surge, sin duda, la idea de la ecología. Porque, en cierta medida, se trata de la relación de los hombres con la naturaleza. Y al establecer un paralelismo entre el discurso de los estoicos sobre la naturaleza y el de los ecologistas, podemos afirmar que el estoicismo constituiría un fundamento filosófico de la ecología. Si bien es posible llegar a una de las evidencias del pensamiento estoico como es el ecologismo en el presente caso, lo cual parece aceptable según Duhot, éste no pretende decir que los estoicos sean los precursores de esta ideología:

Metafísica estoica

La física estoica se refiere a la filosofía natural de los filósofos estoicos de la antigua Grecia y Roma, que utilizaban para explicar los procesos naturales que actúan en el universo. Para los estoicos, el cosmos es un único dios panteísta, racional y creativo, que es la base de todo lo que existe. El mundo es uno, y debe surgir de un principio. No existe nada incorpóreo.

La naturaleza del mundo es un cambio incesante, impulsado por la parte activa o razón (logos) de Dios que impregna todas las cosas. La sustancia activa del mundo se caracteriza como un “aliento”, o pneuma, que proporciona forma y movimiento a la materia, y es el origen de los elementos, la vida y la racionalidad humana.

Dado que el mundo funciona a través de la razón, todas las cosas están determinadas. Pero los estoicos adoptaron una visión compatibilista que permitía a los humanos la libertad y la responsabilidad dentro de la red causal del destino. El ser humano forma parte del logos que impregna el cosmos. El alma humana es una unidad física de razón y mente. El bien para el ser humano es, por tanto, ser plenamente racional, comportándose como lo hace la Naturaleza en el orden natural.

Psicología del estoicismo

En materia de ética, los estoicos se consideraban a sí mismos como perpetuadores de las ideas clave de Sócrates (c. 470-399 a.C.), especialmente tal y como se presentaban en los diálogos de Platón (c. 428-348 o 347 a.C.). Estas ideas se combinaron con la visión de la filosofía como un sistema integrado de ramas del conocimiento y una imagen de la realidad como un todo inteligible y unificado. Para los estoicos, la sabiduría completa consistía en una síntesis de ética, física (estudio de la naturaleza) y lógica.

En la física estoica, el universo natural se consideraba unificado y coherente. La realidad, incluidos Dios y la mente humana, se concebía en términos totalmente materiales. El universo era una fusión total de principios activos y pasivos; el principio activo podía entenderse como aire ardiente o aliento animado (pneuma), y también como dios inmanente, razón o destino. El universo también se veía como una red sin fisuras de causas interconectadas, sin acontecimientos aleatorios. Este nexo de acontecimientos, y el universo en su conjunto, se entendía en términos teleológicos, como expresión de un propósito o racionalidad providencial subyacente y como algo bueno en ese sentido.