Articulo de divulgacion cientifica del universo
Científicos de la revolución científica
La investigación y el desarrollo tecnológico del BPS se llevan a cabo en una amplia gama de plataformas experimentales que incluyen análogos terrestres para los vuelos espaciales, torres de caída y aviones que proporcionan segundos de ingravidez, hasta satélites de vuelo libre. La Estación Espacial Internacional (ISS) es una instalación estadounidense de importancia crítica que ofrece a los investigadores la posibilidad de realizar experimentos de larga duración en la órbita terrestre baja. La ISS permite una investigación continua e interactiva similar a la de los laboratorios terrestres, lo que permite a los científicos realizar innovaciones y descubrimientos que actualmente no pueden lograrse por otros medios. El BPS también está planeando la investigación y el desarrollo de tecnología para permitir los vuelos espaciales tripulados y los descubrimientos científicos más allá de la órbita baja de la Tierra.
El BPS se esfuerza por conseguir una amplia participación de las comunidades de investigación y desarrollo tecnológico en la formulación y difusión de su trabajo. La BPS suele solicitar equipos de investigadores para las investigaciones sobre vuelos espaciales con el fin de maximizar el beneficio científico derivado de los experimentos. La BPS también hace hincapié en la importancia de archivar los datos, los metadatos, las herramientas informáticas y las muestras después de los experimentos de los vuelos espaciales para permitir futuros experimentos. El Archivo de Datos de Ciencias de la Vida, GeneLab y la base de datos de Informática de Ciencias Físicas son los principales repositorios.
La ciencia es una disciplina compleja, abstracta y polifacética
El paradigma explícito, por encima de la línea de flotación, de la ciencia de la información es bien conocido y ampliamente discutido. Sin embargo, todo paradigma disciplinario contiene elementos menos conscientes y explícitos en el pensamiento de sus practicantes. El propósito de este artículo es dilucidar los elementos clave de la parte del paradigma de la ciencia de la información que está por debajo de la línea de flotación.
Se hace especial hincapié en el papel de la ciencia de la información como meta-ciencia: la realización de investigaciones y el desarrollo de teorías en torno a los productos documentales de otras disciplinas y actividades. Se considera que las actividades mentales de la práctica profesional del campo se centran en la representación y organización de la información más que en el conocimiento de la misma. Se argumenta que dicha representación implica talentos y habilidades fundamentalmente diferentes de los requeridos en otras profesiones y disciplinas intelectuales. También se consideran los enfoques metodológicos y los valores de la ciencia de la información.
Recientemente, la información digital y las nuevas formas de tecnología de la información se han convertido en el centro de una enorme cantidad de atención y energía en nuestra sociedad. El dinero se vuelca en el desarrollo de todo tipo de tecnologías y sistemas de información. El entusiasmo penetra no sólo en el mundo de los negocios y la sociedad en general, sino también en el mundo académico, donde los informáticos, los científicos cognitivos y los científicos sociales están pensando en la información y los impactos sociales de la tecnología de la información de nuevas maneras.
Resumen de la revolución científica
La Revolución Científica fue una serie de acontecimientos que marcaron el surgimiento de la ciencia moderna durante los primeros años de la Edad Moderna, cuando los avances en matemáticas, física, astronomía, biología (incluida la anatomía humana) y química transformaron la visión de la sociedad sobre la naturaleza. [1] [2] [3] [4] [5] [6] La Revolución Científica tuvo lugar en Europa a partir de finales del periodo renacentista, y la publicación de Nicolás Copérnico de 1543 De revolutionibus orbium coelestium (Sobre las revoluciones de las esferas celestes) suele citarse como su inicio[7].
La época del Renacimiento científico se centró en cierta medida en la recuperación de los conocimientos de los antiguos, y se considera que culminó con la publicación en 1687 de Isaac Newton, Principia, que formuló las leyes del movimiento y de la gravitación universal[8], completando así la síntesis de una nueva cosmología. En el subsiguiente Siglo de las Luces surgió el concepto de revolución científica en la obra del siglo XVIII de Jean Sylvain Bailly, quien describió un proceso en dos fases de barrido de lo antiguo y establecimiento de lo nuevo[9] Sigue habiendo un compromiso académico en cuanto a los límites de la Revolución Científica y su cronología.
Qué causó la revolución científica
El conocimiento científico en su forma pura es un bien público clásico. Es una piedra angular de la innovación y, en sus formas más aplicadas, es un componente básico de nuestra economía. Aunque los recientes avances técnicos han estimulado su generación y acelerado enormemente su difusión, otras fuerzas pueden limitar sus características de dominio público.
El concepto de bienes públicos no es nuevo. Aunque se está aplicando en un número cada vez mayor de áreas de importancia social, esto no parece ser todavía cierto en el caso de las ciencias naturales. La ciencia rara vez se menciona en la literatura sobre bienes públicos, o los bienes públicos en la literatura científica. Sin embargo, la combinación es lógica y útil. Algunos economistas y especialistas en salud lo han reconocido, pero no puede decirse lo mismo de la comunidad científica en general.2
¿Por qué una atención tan limitada o parcial a lo que debería parecer un concepto común de lo más apropiado y útil? ¿Se debe a que los tres grupos profesionales con más probabilidades de participar -científicos, economistas y juristas- no han considerado los bienes públicos desde una perspectiva más amplia e integrada? Este simposio ofrece una oportunidad muy adecuada para empezar a intentar salvar la brecha.