Articulo uno de la declaracion universal de los derechos humanos
Qué es la declaración universal de los derechos humanos
La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) es un documento internacional adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas que consagra los derechos y libertades de todos los seres humanos. Redactada por un comité de la ONU presidido por Eleanor Roosevelt, fue aceptada por la Asamblea General como Resolución 217 durante su tercera sesión, el 10 de diciembre de 1948, en el Palacio de Chaillot de París (Francia)[1] De los 58 miembros de las Naciones Unidas que había entonces, 48 votaron a favor, ninguno en contra, ocho se abstuvieron y dos no votaron[2].
Durante la Segunda Guerra Mundial, los Aliados -conocidos formalmente como las Naciones Unidas- adoptaron como objetivos básicos de guerra las Cuatro Libertades: libertad de expresión, libertad de religión, libertad del miedo y libertad de la miseria. [17][18] Hacia el final de la guerra, se debatió, redactó y ratificó la Carta de las Naciones Unidas para reafirmar “la fe en los derechos fundamentales del hombre y en la dignidad y el valor de la persona humana” y comprometer a todos los Estados miembros a promover “el respeto universal a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión, y la efectividad de tales derechos”. [19] Cuando las atrocidades cometidas por la Alemania nazi se hicieron plenamente evidentes después de la guerra, el consenso en la comunidad mundial fue que la Carta de la ONU no definía suficientemente los derechos a los que se refería[20][21] Se consideró necesario crear una declaración universal que especificara los derechos de las personas para hacer efectivas las disposiciones de la Carta sobre los derechos humanos[22].
10 derechos humanos
Los traumáticos acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial pusieron de manifiesto que los derechos humanos no siempre se respetan de forma universal. El exterminio de casi 17 millones de personas durante el Holocausto, incluidos 6 millones de judíos, horrorizó al mundo entero. Después de la guerra, los gobiernos de todo el mundo hicieron un esfuerzo concertado para fomentar la paz internacional y prevenir los conflictos. El resultado fue la creación de las Naciones Unidas en junio de 1945.
En 1948, los representantes de los 50 Estados miembros de las Naciones Unidas se reunieron bajo la dirección de Eleanor Roosevelt (Primera Dama de los Estados Unidos 1933-1945) para elaborar una lista de todos los derechos humanos de los que deberían disfrutar todas las personas del mundo.
El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas anunció la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH): 30 derechos y libertades que nos pertenecen a todos. Siete décadas después, los derechos que incluían siguen siendo la base de toda la legislación internacional sobre derechos humanos.
Eleanor Roosevelt estuvo muy implicada en la defensa de los derechos civiles y el activismo social. Fue nombrada presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU que redactó la DUDH. En el décimo aniversario de la DUDH, Eleanor pronunció un discurso en las Naciones Unidas titulado “¿Dónde empiezan los derechos humanos?”. Parte de su discurso se ha hecho famoso por captar la razón por la que los derechos humanos son para cada uno de nosotros, en todas las partes de nuestra vida cotidiana:
Declaración universal de los derechos humanos pdf
Esto significa que nadie, ni siquiera el gobierno, puede intentar acabar con tu vida. También significa que el Gobierno debe tomar las medidas adecuadas para salvaguardar la vida, elaborando leyes para protegerte y, en algunas circunstancias, tomando medidas para protegerte si tu vida está en peligro.
Si un miembro de tu familia muere en circunstancias en las que interviene el Estado, puedes tener derecho a una investigación. El Estado también está obligado a investigar las muertes sospechosas y las muertes bajo custodia.
Por supuesto, incluso en estas circunstancias, la fuerza utilizada debe ser esencial y estrictamente proporcionada. La fuerza es “proporcionada” cuando es apropiada y no más de lo necesario para resolver el problema en cuestión.
La obligación positiva del Estado de proteger la vida de una persona no es absoluta. Debido a la limitación de recursos, el Estado no siempre puede cumplir esta obligación. Esto podría significar, por ejemplo, que el Estado no tiene que proporcionar medicamentos para salvar la vida de todos en todas las circunstancias.
Una trabajadora social del equipo de violencia doméstica de un ayuntamiento utilizó argumentos de derechos humanos para conseguir un nuevo alojamiento para una mujer y su familia que corrían el riesgo de sufrir graves daños por parte de una ex pareja violenta. Basó su caso en la obligación de la autoridad local de proteger el derecho a la vida de la familia y el derecho a no ser tratado de forma inhumana o degradante.
Cuáles son los 30 derechos humanos
En sus Relecciones de Indis (1539), Vitoria afirma que los derechos de los indios se basan en el hecho de que son seres humanos y, como tales, tienen todos los derechos que son inherentes a la persona humana y a su dignidad. Al ser derechos naturales, son anteriores al Estado y están por encima del poder de éste. El hombre es uno, sin distinción de raza, color, religión o cultura. Todo hombre es un hermano, porque es hijo de Dios.
”Homo non ordinatur ad communitatem poUtieam secundum se totum et secundum omnia sua . . . sed totum quod homo est ordinatur ad Deum” (I-II, qu. XXI, 4, 3), escrito como para rechazar la “Gleichschaltung” nacionalsocialista.
Por ejemplo, la lucha contra la trata de esclavos, los esfuerzos de la Sociedad de Naciones contra la esclavitud, el sistema de protección internacional de las minorías nacionales, religiosas y lingüísticas, creado tras la “Primera Guerra Mundial”.
Véase el punto 8 de la Carta Atlántica del Presidente Boosevelt; Derechos Humanos Esenciales (“Los Anales”, 1946); Comisión para el Estudio de la Organización de la Paz, Carta de Derechos Humanos (Conciliación Internacional, 1946, nº 426).