Buscando a dios en el universo pdf
Cuando Dios te hizo
1. La alegría del Evangelio llena los corazones y las vidas de todos los que se encuentran con Jesús. Los que aceptan su oferta de salvación son liberados del pecado, del dolor, del vacío interior y de la soledad. Con Cristo la alegría renace constantemente. En esta Exhortación deseo animar a los fieles cristianos a emprender un nuevo capítulo de la evangelización marcado por esta alegría, al tiempo que señalo nuevos caminos para el recorrido de la Iglesia en los próximos años.
2. El gran peligro del mundo actual, impregnado de consumismo, es la desolación y la angustia que nacen de un corazón complaciente y codicioso, de la búsqueda febril de placeres frívolos y de una conciencia embotada. Cuando nuestra vida interior se ve atrapada en sus propios intereses y preocupaciones, ya no hay lugar para los demás, ni para los pobres. Ya no se oye la voz de Dios, ya no se siente la tranquila alegría de su amor, y el deseo de hacer el bien se desvanece. Este es un peligro muy real también para los creyentes. Muchos caen en él y acaban resentidos, enfadados y desganados. Ese no es el modo de vivir una vida digna y plena; no es la voluntad de Dios para nosotros, ni la vida en el Espíritu que tiene su fuente en el corazón de Cristo resucitado.
Francis Collins en Caltech – El lenguaje de Dios
Este artículo trata sobre la creencia de un ser supremo en el pensamiento monoteísta. Para la fe general en un ser supremo, véase Deidad. Para Dios en religiones específicas, véase Concepciones de Dios. Para otros usos, véase Dios (desambiguación).
En el pensamiento monoteísta, Dios suele ser visto como el ser supremo, creador y principal objeto de la fe[1]. Dios suele ser concebido como omnipotente, omnisciente, omnipresente y omnibenevolente, además de tener una existencia eterna y necesaria. La mayoría de las veces se considera que Dios es incorpóreo, y dicha característica está relacionada con las concepciones de trascendencia o inmanencia[1][2][3].
Algunas religiones describen a Dios sin hacer referencia al género, mientras que otras utilizan una terminología específica para el género y con un sesgo de género. Dios ha sido concebido como personal o impersonal. En el teísmo, Dios es el creador y sustentador del universo, mientras que en el deísmo, Dios es el creador, pero no el sustentador, del universo. En el panteísmo, Dios es el universo mismo, mientras que en el panenteísmo, el universo es parte (pero no el todo) de Dios. El ateísmo es la ausencia de creencia en cualquier Dios o deidad, mientras que el agnosticismo es la creencia de que la existencia de Dios es desconocida o incognoscible. También se ha concebido a Dios como la fuente de toda obligación moral y el “mayor existente concebible”[1].
La física de Dios Por Joseph Selbie
Varios libros y artículos recientes quieren hacernos creer que -de alguna manera- la ciencia ha refutado la existencia de Dios. Sus autores afirman que sabemos tanto sobre el funcionamiento del universo que Dios es simplemente innecesario: podemos explicar todo el funcionamiento del universo sin necesidad de un Creador. Y de hecho, la ciencia nos ha aportado una inmensa cantidad de conocimientos. La suma total del conocimiento humano se duplica aproximadamente cada dos años o menos. En física y cosmología, ahora podemos afirmar que sabemos lo que ocurrió en nuestro universo tan pronto como una pequeña fracción de segundo después del Big Bang, algo que puede parecer asombroso. En química, comprendemos las reacciones más complicadas entre átomos y moléculas, y en biología sabemos cómo funciona la célula viva y hemos trazado todo nuestro genoma. Pero, ¿acaso esta vasta base de conocimientos refuta la existencia de algún tipo de fuerza exterior preexistente que haya puesto en marcha nuestro universo?
La ciencia y la religión son dos caras del mismo y profundo impulso humano de entender el mundo, de conocer nuestro lugar en él y de maravillarnos ante la maravilla de la vida y el cosmos infinito que nos rodea. Mantengámoslas así, y no dejemos que una intente usurpar el papel de la otra.
Edward Dolnick El universo de los relojes Audiobook
A este lado del Cielo, es imposible para nuestras mentes humanas comprender plenamente la naturaleza infinita y asombrosa de Dios. Sin embargo, en la Biblia, Él ha compartido suficientes verdades sobre sí mismo para atraernos a la fe y la adoración.
El nombre del ser independiente y completo en sí mismo – “YO SOY EL QUE SOY”- sólo pertenece a Jehová Dios. Nuestra respuesta adecuada a Él es postrarnos en temor y admiración ante Aquel que posee toda la autoridad. Éxodo 3:13-15
Dios es todopoderoso. Él creó todas las cosas, y todas las cosas -cada célula, cada aliento, cada pensamiento- son sostenidas por Él. Nada es demasiado difícil para Él. Jeremías 32:17-18; Jeremías 32:26-27
“El Dios que provee”. Así como proveyó ayer, proveerá hoy y mañana. Él concede la liberación del pecado, el aceite de la alegría para las cenizas del dolor, y la ciudadanía eterna en Su Reino para todos los adoptados en Su casa. Génesis 22:9-14
“El Dios de la paz”. Estamos destinados a conocer la plenitud de la paz perfecta de Dios, su “shalom”. La paz de Dios supera el entendimiento y nos sostiene en los momentos difíciles. Es el producto de ser plenamente lo que fuimos creados para ser. Jueces 6:16-24